Muchos reguladores, incluyendo el BCRA o la CNV en nuestro país, no han avanzado en la adopción y regulación de este tipo de tecnologías por el momento, limitándose a realizar advertencias sobre los riesgos e implicancias de los criptoactivos.
El sistema financiero mundial no ha sido ajeno al embate producido por la pandemia del COVID-19. Como resultado, algunas empresas quebraron, mientras que muchas otras vieron una oportunidad de crecimiento en medio de la crisis, aprovechando la adopción de numerosas herramientas tecnológicas por parte de los consumidores a nivel global.
La tecnología blockchain se encuentra en ese grupo de tecnologías innovadoras y prometedoras, dado que ofrece el resguardo de información en una base de datos de acceso irrestricto, auditable e inalterable de forma unilateral, gracias al uso de criptografía.
Esto plantea la posibilidad de articular intercambios de valor sin la necesidad de incontables intermediarios, registros públicos, auditorías y depositarios de los valores transaccionados.
En este sentido, ya se ha comenzado a adoptar esta herramienta en vistas a modernizar y apuntalar el sistema financiero en su conjunto en varias partes del mundo. Así, es de destacar el caso de El Salvador, quien reconoció a Bitcoin como moneda legal en ese país, abriendo todo un abanico de posibilidades con este criptoactivo como un nuevo medio de pago.
Por otro lado, China avanzó con las pruebas de su CBDC en ciudades como Beijing o Hong Kong, marcando un hito en el desarrollo de este tipo de criptoactivos capaces de revolucionar las transacciones cotidianas de millones de personas.
Más aún, es de destacar el reciente reconocimiento legal por parte del Estado de Wyoming, en Estados Unidos, a las Organizaciones Autónomas Descentralizadas (o "DAOs", por sus siglas en inglés). Concretamente, las DAOs consisten en una organización de tipo societario que funciona íntegramente sobre una red blockchain, automatizando procesos tales como asambleas, liquidaciones y emisiones de acciones a través de contratos inteligentes.
No obstante ello, muchos reguladores, incluyendo el BCRA o la CNV en nuestro país, no han avanzado en la adopción y regulación de este tipo de tecnologías por el momento, limitándose a realizar ciertas advertencias sobre los riesgos e implicancias de los criptoactivos.
De esta forma, no se ven avances tangibles en la adopción de nuevas tecnologías como podrían ser los security tokens, los cuales consisten en la representación criptográfica de diversos tipos de valores negociables (valores de deuda fiduciaria, obligaciones negociables, certificados de participación, acciones, entre otros), gracias a la utilización de la tecnología blockchain antes descrita.
Sin embargo, debemos resaltar el alto grado de alfabetización digital de la población argentina para con el uso y manejo de los dispositivos electrónicos tales como computadoras y teléfonos, así como también su afinidad por los criptoactivos, a raíz de lo cual la emisión de este tipo de activos podría encontrar una gran demanda por parte del público local. Esto supondría ampliar el mercado de capitales a mayores sectores de la población los cuales, como contrapartida, tendrían una opción adicional para proteger sus ahorros.
En virtud de una eficiente regulación, se podrían imitar los modelos de sandbox implementados, entre otros, por el Reino Unido, España, Colombia y Brasil, donde se han demostrado resultados muy satisfactorios tanto para el emprendedor como para las autoridades. En rigor, un sandbox consiste en un área de pruebas para que los desarrolladores de proyectos innovadores del mundo FinTech puedan implementarlos y testearlos con un grupo reducido de la población, bajo la constante supervisión de las autoridades de contralor. Como resultado, los emprendedores obtienen una oportunidad inigualable para poner a prueba sus proyectos, mientras que los reguladores cuentan con la chance de desarrollar normas que sean propicias al avance de la industria sin desproteger al público inversor.
Entendemos que la incorporación al marco regulatorio del uso de nuevas tecnologías podría ser una buena oportunidad para generar nuevas herramientas atractivas y modernas que permitan al mercado de capitales argentino abrir un sendero de innovación que resulte eficiente para el público y que, a su vez, le brinde una mayor protección.
Por estos motivos, creemos que en este caso las autoridades deberían regular para innovar.
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Artículo publicado por Perfil